jueves, mayo 16, 2013

La confesión del mecánico -- Poema


Apenas entraste a boxes
casi fundo el motor
por las revoluciones por minuto
en que latió mi corazón

Una carita de novela,
gomas de competición,
el chasis, aunque tuneado,
parecía de colección.

Se me prendió la luz de alerta
al verte sexy y adusta,
aunque este don a nada tema
tanta curva siempre asusta.

Soy experto en motores
de doble combustión
escucho en ese corazón
el ruido que hace el mal de amor.

Si me disculpan el argot, (*2)
arando, arranqué en tercera,
le prometí que en su capot
dejaría mi vida entera

Sonrió echando humo,
tal vez de aceite andaba floja
le ofrecí “yo te lo mido”
y ahí no más se puso roja.

Tapé la válvula de escape
y abrí la de admisión.
(no preciso del ”embriague”
para que haya transmisión)

Con mis manos aceitosas
llegué al torque, a los pistones,
y ella que era pudorosa
reventó en un mil pasiones.

Ronroneaba afinada
entre balanceos y alineadas,
siendo rápida y cochina
¡me remolcó hasta la oficina!

¡Qué sorpresa me llevé,
tuve que pisar el freno,
revisando el interior
le encontré un gran matafuego!
 

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