
que quema mis huesos en el infierno
que hace de mis pensamientos
una hoguera de necedades.
Maldita furia, maldita impotencia,
maldita sensación sedienta
por la sangre de aquel
de este y del otro.
Maldito enojo, maldita maldición
que me ha tocado
de tener y llevar caliente
sangre latina corriendo en las venas.
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