
agónica la palabra,
se escurre sin miedos.
Lacónica, soez, macabra.
Su estandarte son los credos,
con los que orfebre labra
malentendidos y enredos
que hundirían a una zabra.
Crees que podrás manejarla
porque ésta está a tu servicio,
mas nunca podrás domarla.
Ella encuentra el orificio,
para en medio de una charla,
demostrar tu poco oficio.
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