
donde apenas me reconozco como un tal vez
me hundo en la precariedad del verbo
que perdió su existir en un tris ambivalente
y carente de toda significación y sentido.
Esta arbitrariedad que me nombra y me afirma
en la tácita verdad a voces dicha y celada
por los monásticos silencios de los escribas
que tallaron en pápiros lo que hoy es conocido.
Soy de la escuela del que ignorante asegura
a través del verbo lo que el verbo inventa
pues la palabra no es, si no quien da
razón a la existencia de quien puede ser.
Soy el ignorante que asevera que la verdad
es aquella que por la que por convención
todos aceptamos como tal y la vemos común
y regidora de todos nuestros actos y maneras por igual.
Escritores del mundo, la lengua nos miente y en su retórica
cual simulado canto de sirenas en un mar desesperanzado
creemos ser capaces de desobillar la madeja de esta mentira
y exponer al mundo, que existe una verdad al alcance de todos.
1 comentario:
Me encanto.
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