martes, diciembre 15, 2020

Tal vez -- Poema

Las flores se abren en mil y un colores
se muestran ansiosas y austeras
briosas y empoderadas 
saben qué quieren y qué buscan
no se avergüenzan de sus virtudes
exacerban sus dones 
galantean con sus talentos 
y coquetean, entre la vida y la muerte,
con una suerte de asertividad
que las expone volviéndolas vulnerables
a los imbéciles depredadores
que creen que por verlas tan hermosas
pueden saciar con ellas
sus perversos deseos,
sus egoístas necesidades.

Depende el deseo de la flor
la ropa que elija para exponerse,
depende del gusto de la flor
será el aroma que elija para exponerse,
depende el sentir de la flor
la felicidad que tenga al exponerse
dependiendo de su elección y su alegría
serán el fruto y su semilla.

No depende nunca del imbécil depredador,
que cree que por verlas hermosas 
expectantes, alegres y tan expuestas
pueden saciar con ellas 
sus perversos deseos, 
sus necedades egoístas.

El paraíso destruido por la creencia
podría ser reconstruido con paciencia,
aunque claro, tal proeza
dependería de cómo entiendas
lo descrito en este poema.

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