lunes, junio 01, 2009

El hombre sentido – Cosa

Son tantas las mañanas en las que el sol me ha despertado romántico, que asomarme a la ventana y sentir la caricia del viento en el rostro no hago más que sonreír con cierta nostalgia. Me encantaría poder en algunos casos dar dos o tres pasos atrás y empezar de cero… desperezarme al despertar debería ser siempre el segundo movimiento, antes de salir de la cama uno debe bostezar y desperezarse para tener sentir el día completo.
Comenzar el bostezo estirando bien losa músculos de la cara, abriendo la boca en manera exagerada hasta sentir que las mandíbulas revientan, arquear la espalda y estirarla hasta que quede abananada extendiendo los brazos hacia delante, queriendo tocar el cielo, y abrir los dedos como el cóndor lo hace en pleno vuelo. Así mismo con los pies y con las piernas, hacerlas que se estiren hasta que cada dedo quiera escaparse por algún lado distinto. El fin del bostezo no es más que relajar los músculos y descomprimir todas las energías acumuladas durante la noche que no pudieron irse a ningún lugar por estar presos en los brazos del Dios del sueño. Si uno bostezara más, el día se haría más corto, la sonrisa estaría plasmada en la boca por que los músculos de la cara estarían más relajados y también los de todo el cuerpo.
Estoy asomado a la ventana justo en este momento, lamento no haber bostezado hace quince minutos, espero no tener que sufrir el día por esto… maldición. Algo tan simple y estúpido como un bostezo te puede cambiar todo de un momento a otro. Hasta tal vez sin querer, el vacío que hay más allá de la ventana me esté llamando porque hoy no bostecé. Será posible que en esta vida nada se pueda hacer tranquilo y sin apuro alguno? Será que todo lo que se hace tiene consecuencias positivas y negativas? Al fin y al cabo hacer o no hacer siempre trae aparejadas cosas buenas o cosas malas como consecuencia final. La verdad es que estoy un poco con las bolas llenas, si voy al sur me divierto pero hace frío, si voy al norte, me divierto pero hace calor, si voy al centro no me divierto y el clima es templado…Puedo yo cambiar al clima frío? no, no puedo… si puedo abrigarme y calefaccionar la casa, claro está. Puedo yo cambiar el clima cálido? no… ni tampoco puedo sentir menos calor, mas que desnudarme no puedo hacer. Salvo, que esté en una pileta o en ambientes refrigerados. Lo único que puedo cambiar es mi percepción de la diversión, y comenzar a aceptar la vida tal y como es, con sus si, con sus no, con sus formas de actuar y así obligar a darse cuenta. No hace falta que todo sea blanco o negro, estamos en este tierra para colorear las situaciones, no para teñirlas a todas de un solo color. Qué pensar? Qué hacer? Qué no pensar? Qué dejar de hacer? Son tantos los interrogantes que preguntarse carece de sentido, aunque claro, el sentido existe si y solo si, si nosotros lo inventamos. Así de podrido esta todo. Qué sentido tiene levantarse a la mañana y que el sol nos llene de caricias si no bostezamos primero al salir de la cama? Qué sentido tiene mirar para abajo si cuando se mira al cielo uno se da cuenta de muchas cosas? Menos de aquellas cosas que suceden allá abajo. Qué sentido tiene estar refunfuñando acá en vez de quedarme remolonenando en la cama, o bien disfrutando la caricia del rayo del sol que me acaricia suavemente el rostro y me hace sentir la vida corriendo dentro mío? Qué sentido tiene esta vida si le quitamos el sentido?
Yo me voy a poner las medias, el calzón, a calzarme el pantalón, la camisa, los zapatos, y me voy a dar vueltas por ahí, a buscarme hasta encontrarme, sabiendo que en el único lugar donde me encuentro, es en mí mismo o en el reflejo que me escupe el espejo sin ningún tipo de vergüenza, con la verdad cruda, a la que puedo cocer o no según mi ego y mi autoestima.

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