martes, agosto 28, 2012

Cerdo capitalista -- Poema

Comenzaron a llegar,
siempre hambrientos
llenos de necesidades
pidiendo por favor
y diciendo permiso
antes de mover un dedo.

Al principio era uno
(manso como laguna)
desesperado pero educado,
tendría que haber sospechado
que bajo esa educación
había un monstruo elucubrando.

Luego llegó el segundo
(que no era tan educado)
pero tampoco era tan manso
le arrebataba de las manos
lo que el manso dejaba
que el segundo le arrebate
y lo que no, lo guardaba de su alcance.

Llegó el tercero que necio
se pegó al que arrebataba
pues de ese recibía las migajas,
y del primero (que era quien tenía),
distante y prudente se mantenía
no fuera cosa que...
y se quedara sin migas de migas.

El cuarto llegó y se portó
como se había portado el tercero,
se sumó al segundo y del primero
decidió guardar cierta distancia,
prudente, aunque por las circunstancias
y por tener vista lejana
sumó al quinto que llegaba
y al tercero que ya estaba
con tal de desbancar
al segundo que ahí andaba
repartiendo las migajas
del pedazo que le daban.

Quinto, cuarto y tercero
contra el segundo arremetieron
más el segundo sin tapujos
se unió a un sexto que entraba
y entrambos combatieron,
por migas, a capa y espada,
más un séptimo que pasaba
se unió a este par asegurando
que es injusta la diferencia.

Del dos al siete
si no está herido
le llegó la muerte.

El uno (aquel manso como laguna)
sigue con su porción para siete
desparramando con desprecio
las migajas que le van quedando
sobre aquellos que van llegando.

Guarda en el fondo asco y rencor
por aquellos que son capaces
de quedarse bajo la suela,
aunque a palos se los muela.

No hay comentarios.: