pareciera que conociera el camino
mejor que mis pies esta noche,
trata con guiños de convencerme:
no es por ahí, es por acá,
no te pierdas, rescatate.
El ensordecedor ruidos de las aspas
del reloj gritando que la mañana
se ha quedado dormida y que hoy
simplemente ni vendrá.
Caen de la mano los vidrios anisados,
de la boca, serviles mariposas se echan a volar,
las perlas de un pasado enterrado en un olvido
brotan por los ojos como el agua del manantial.
Las entrañas hierven como cuervos hambrientos
sobre una tarta recién horneada posada en la ventana
los tremores en el pecho han firmado la sentencia,
no hay escapes, ni imposibles,
todo es causa que sucede
y consecuente es la obsecuencia.
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