En tus manos, mis manos,
encontraron un nido;
en tus labios los míos
hallaron consuelo
en tus besos mi fuego
brotó desde adentro
y en tu cuerpo ¡mi vida!
por tu cuerpo mi cielo
se ha vuelto un revuelo.
Qué paraísos dejé atrás
para llegar y en tus pies olvidar
todo por lo que he vivido.
La felicidad es tan frágil
como un fósforo encendido
el amor si es muy dulce
empalaga el alma
la pasión sin control
enferma y mata.
Héme aquí, entregado por completo a mí mismo,
peinando las plumas que forman mis alas
mientras prometo, otra vez de nuevo,
salir de este laberinto en una sola pieza
ya no volar al sol, ni hundirme en mis infiernos.
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