Soy mi sombra, mi propia sombra.
Me persigo feroz e inútil
me arrastro a los pies de esta imagen
que quise tanto de mí mismo.
Me sigo el paso, y a pesar de esto,
no puedo atrapar a mis escurridizos pies
que se despegan del piso
con la liviandad pasmosa
de los que creen que la libertad existe
y es un hecho.
¿Qué te creés? ¿No lo sabés, acaso?
No todos podemos volar...
¡Ni a todos nos interesa hacerlo!
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