ni que las estrellas de los sueños brillen su presencia
que no se cansen las caricias,
ni los cuerpos dejen de sudar
acercate silenciosa
rompe todas tus cadenas
dejemos las condenas
para aquellos que en ausencia
pretenden ser quienes no son.
Me entrego a vos sin egoísmos
entero, desenfrenando,
siendo como soy
escribiendo mi propia esquela
sudado, exultante de caricias
a la expectativa de que seas vos
el último eslabón
de esta cadena sin sentido
que rompemos con razón
y con todo el corazón.
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