Oye, tú, pequeño estúpido
abrile a la vida y dejala que entre
¿De qué tienes miedo?
Siempre reniegas de esto y lo otro
y cuando es a ti a quien le toca
darle doma al potro, sueltas la rienda
y señalas a nadie, inventas culpables
donde mora el no tan inocente aire.
Despierta cobarde, ponte de pie...
ha llegado el momento de tomar el toro por las astas
o de vivir aquello
que no elegiste, ni quisiste.
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