miércoles, enero 14, 2015

Érase una vez... -- A María Rodriguez Menendez

"...María se estremecía al escuchar a Alberto Cortez cantando Castillos en el aire. Yo la miraba y quería ese estremecimiento en mí..."
Ricardo Blitz
Lo recuerdo los vientos del norte llegaron y golpearon la puerta hasta derribarla exigían un alquiler y unas expensas de un algo que jamás les había pertenecido y sin embargo lo creían propio Recuerdo que los vientos del sur también llegaron y alzaron a las muñecas violentas rompieron filas, cadenas, toda la educación recibida la tiraron por la misma tubería por donde suele escapar la mierda. Y nos acorralaron y nos sacaron las tazas plásticas de te y las humeantes ilusiones de calidez y compañía y nos arrancaron de nuestras sillas y rompieron nuestra mesa y nos picanearon y nos obligaron a repetir el nombre de su Dios tantas veces que nos olvidamos que nosotros mismos alguna vez habíamos existido Olvidamos los enchufes, las bombitas, las muñecas, y las finas porcelanas heredadas de una abuela cascarrabias Hoy añoro la vieja casa el roto cristal el manchado espejo tu mirada esperando el beso mis labios, tu estremecimiento

1 comentario:

María dijo...

Mientras nos despedíamos con un beso
frunciste un poco el ceño.
El estanque al final del año
baja su párpado gris.
Un hielo verde-gato se extiende
sobre el césped de enfrente.
Las cicutas son la única
cosa joven que queda. Tú te has ido.
Yo hiberné bajo las sábanas
anoche, sin dormir hasta que el amanecer
vino como un crepúsculo y las hojas de roble
susurraron como dinero, obstinadas.
Las cicutas son la única cosa joven que permanece. Tú te has ido.
Poeta ...