Rodeado de presencias homogéneas e indiferentes,
te busqué silencioso entre esas gentes
que eran sombras aburridas, estriñidas y estériles.
Me invadió tu ausencia,
como un rayo en la tormenta
de pronto tuve tres palabras
que fugaces hicieron agua.
Y volvió mi mirada a buscarte en la nada y nada era porque no estabas.
Qué bueno no haber dicho adiós,
qué ganas de seguir sabiendo
el cómo de tus pasos
y la forzada sin razón de tus huellas.
te busqué silencioso entre esas gentes
que eran sombras aburridas, estriñidas y estériles.
Me invadió tu ausencia,
como un rayo en la tormenta
de pronto tuve tres palabras
que fugaces hicieron agua.
Y volvió mi mirada a buscarte en la nada y nada era porque no estabas.
Qué bueno no haber dicho adiós,
qué ganas de seguir sabiendo
el cómo de tus pasos
y la forzada sin razón de tus huellas.
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