todo lo que hago me resulta ajeno
en las escuelas no soy yo quien anda solariego
en las bibliotecas no soy yo quien anda entre los libros
en el banco no soy yo quien anda en las filas
comprando o vendiendo dinero,
ocultando o liberando sueldos.
No
soy yo tampoco en mi casa
mirando por la ventana que cambio, prendo y apago
con el distante control
tampoco soy yo en la radio, en el disco, en el modular,
solo soy yo cuando con las letras o con mis hijos
hombro a hombro nos ponemos a trabajar.
Soy
un extraño en mi propio cuerpo
transeúnte de recuerdos que no son míos
ni tampoco jamás me pertenecen,
soy el que se ha perdido en un recodo del camino
y que se ríe, cada vez que una ilusión de las que tengo
mendiga cordura en un camino sin llegada
ni punto de partida.
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