lunes, octubre 17, 2022

Seis siglos igual

Y entonces quienes fueron víctimas saltaron sobre el ídolo tallado y festejaron cuando el pedazo de mármol caía y se reventaba, pero se escondieron cuando golpeó con todo su peso en el piso pues tuvieron miedo, porque sabían, que a pesar de estar muerto hace tiempo, aún esa imagen infundía ansiedad, terror y respeto.

Algo en su ADN les recordaba que aquel miserable - que traía la mentira en la punta de su lengua y a su cultura en la punta de la espada - era capaz de cometer un genocidio y creerse un héroe, el salvador.

¿Y qué pasa cuando la víctima de violencia
se vuelve más violenta que su victimario?

Con suerte y de a poco los necios y los estúpidos desaparecemos, si no nos matan nuestros pares, nos matamos entre nosotros, y cuando no es ni el uno ni los otros, es la muerte justiciera quien pone el punto final a esta soberbia creencia de ser mejores que cualquiera de la que pecamos los seres humanos.

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