en tu despertar despacito, en tu mate calentito
con bizcochitos recién horneados, o en ese café con leche
con tostadas y queso blanco.
Quisiera escucharte cantando en la ducha, en el cuarto
y mientras caminás descalza
por mis jardines sin sueño mas florecidos en realidades.
Quisiera echarnos a mirar las estrellas y construir posibilidades,
treparnos en cada árbol sin irnos por las ramas para llegar a la semilla
que en lo más hondo y primitivo, por vos y por mi espera.
Quisiera caminar por la costanera cuando la nieve desespera
y cuando la lluvia se hace dueña de los colores del otoño
también con vos caminar quisiera,
en el verano con su abrazo y con la brisa en primavera.
andar andando juntos, de a pasos pequeños y sin sobresaltos
dando vueltas por esas calles
que alguna vez supieron creer quién era.
Quisiera, poder mirarte a los ojos sin tumbas, flechas, ni promesas
y entender que me tenés por ahí, en algún rincón de tu quehacer
con una taza de té, esperando ansioso porque vuelvas.
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