en los sin reveses del tal vez,
porque hacerlo implica
no tener vuelta atrás.
No tener vuelta atrás,
es quizás,
quitarse toda alternativa posible
de poder empezar de nuevo.
En el espejo muerto de la razón
mirando hacia un lado entendí
que el reflejo y la realidad eran
algo más que perspectivas.
No soñé más,
entendí que soñar de nada sirve
si el oberol está colgado en el placard
y el por qué se confunde sin querer
con ese qué inalcanzable
que tiene el dormir
y zozobra al soñar.
Hoy me vi,
de repente
y entendí
y acepté
que no existe el para siempre.
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