-El ponto de la concordia, de la cordura, el horizonte de lo ajeno y esa maldita costumbre de mirarse las palmas de las manos para recordar al que les dio la idea de tirar la piedra, y vergonzantes buscar mil excusas con tal de librarse de la responsabilidad de la sangre que mana, cae y culpa; y esconder la palma bajo los dedos que se cierran culposos por vergüenza, y apretando los labios verse y sentirse iracundos consigo mismos. Darse cuenta que la vida que logran es por las posibilidades que tienen al alcance de las manos y verlas y tratar de alcanzarlas o rechazarlas; y tratar de ver más allá, y entender un poco más y de darle vueltas y vueltas al ser, hasta encontrarse siempre en el mismo lugar. Cuál fue el camino que los llevó a esto? pues el camino que han elegido, el del mar de la concordia, de la cordura.
Será que hay otros caminos? Yo creo que si -y soltó su cola.