Quisiera decirte que el tiempo no pasó, que todo anda como la buena costumbre sugiere y que el centro de mesa sigue siendo el mismo de antaño; que los poros del espejo no se llenaron de granos y que el viento que ulula allá afuera es el mismo que nos despeinaba el jopo cuando corríamos por la vida como locos, con las manos sudadas y la sonrisa a flor de piel. Me encantaría tener todo el tiempo del mundo para contarte el detalle de todo lo que vieron estos ojos, lo que escucharon estos oídos, lo que hicieron estas manos y en que caminos estos pies dejaron huella. Sabremos al vernos que es lo que pasa con el alma y cuanto de dolor y de felicidad aprendió el corazón. Claro que ambos sabemos que los deseos son esperanzas pero quiero que entiendas que la esperanza es el cáncer del que como vos, o como yo; gusta hacer para disfrutar, tener y creer.
El tiempo ha pasado indiscreto y sin pedir permiso, hizo lo que tenía que hacer y yo le seguí el ritmo, sin perderme entre sus tictaqueantes instantes que insanos a veces acorralan y acobardan. Por lo que qué puedo decirte más que hola, como estas? Tocar tus rasgos con las yemas de los dedos y tratar de reconocernos de alguna manera, al fin y al cabo después de tanto tiempo, hasta el agua más calma moldea a la piedra más fiera. Que lindo olerte y pensarte en estos lados, que lindo encontrarnos en este todo que andá a saber a donde va a ir a parar... Gracias a dios entiendo que somos los conductores de este azar, y por confiar en los míos y en vos, y por saber que confías en los tuyos y en mi, no existe el pánico del a donde vamos, si no más bien el goce del donde estamos.
Es hermoso que no veas el reloj y me mires a los ojos. El tiempo dejó de existir hace mucho.