lunes, marzo 04, 2013

Confeso -- Poema

En un tiempo sin glorias
donde la muerte se viste de trapo
un anciano sin nombre
lleva a una tumba dos flores.

Se acuesta sobre el mármol,
mira al fijo cielo sobre su cabeza.
Frío, distante y quieto.
El viejo y el cielo se parecen.

En este momento
uno y otro se asimilan,
se asemejan, se amedrentan,
entre deseos y maldiciones.

Nadie elude a nadie,
ambos están en el vórtice de la tormenta;
el ojo que al ojo escapa,
ese que todo lo ve.

Eres tu quien dijo
que después de...
no volvería a suceder
y sin embargo
la historia se repite
una y otra vez
como un eco en el granito.

Si, soy yo quien lo dijo
y yo soy quien no cumplí,
que la culpa recaiga sobre mi
pues también soy responsable
de mis no hechos.

Vestido de trapo
recibe dos flores
de un cielo que anciano
es tumba sin nombres. 

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