La historia nos enseñó que toda idea verticalista fomenta la violencia, la ambición y la tiranía; aprendimos - a la fuerza- que en vez de resolver lo que supuestamente estaba mal dejó una herida en el ADN de los que somos Argentinos.
Se quiso acabar con los que pensaban diferente, lo que mató a la educación, desgastó la calidad de vida y confundió al ciudadano. No dejemos que nos digan qué ni cómo hablar o pensar. Tenés el derecho y el deber, de ser vos mismo, siempre.
Sin libertad no hay justicia, sin pluralidad no hay verdad, sin pasado no hay memoria.
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