me saca de las casillas
y mirá que de tanto que he tratado alcanzarlo
ha logrado secarme a pesar de siempre hundirme en su caprichosa altamar
y me dije, me vi y me pensé
tan igual y tan distinto a como solía ser cada amanecer
que al despertarme solo y sin destino
me entendí efímero y sin tornillos
sin amos, ni sueños, o esclavos
que me ataran al no ser de quién deseaba pero no alcanzaba.
Y te lloré en mi soledad
ausente de todos, solitario de voz
y me dormí yendo a lo más hondo del límite
entre amebas y corales, peces sapo me besaron
creyendo que tal vez sería yo su ensueño dorado.
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