a mis pies se le han salido los zapatos
y mis medias apestosas se fueron a bañar
queda en el piso un vaso volcado con hielos que mueren de a poco
el último sorbo de whisky se mezcla en mis venas y patea a la postre pensamientos de ayer.
Los ojos me lloran con una tristeza ajena que mi mente inventó sin querer
y el silencio se apoderó de mis labios y no deja exigir ya basta.
Todo me condena a esta cama deshecha con sábanas pesadas como cadenas
nada me estimula para levantarme y encontrarme cara a cara con alguna respuesta
que en algún momento huyó sin si quiera dejar dicho dónde iba a caerse muerta.
Ojalá nadie toque mi timbre y descubra
que sin querer
un último suspiro intenta escapar de mi boca.
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