Hace más de mil milenios
que la luz del sol no veo
que no llegan hasta mi
las albricias de un abril
e indolentes me golpean
los fantasmas del tal vez
que lo que quiera Dios sea
fue en su momento mi ley
hasta que yo averigué
quién es que podría ser
y tal vez por vanidad
o por falta de humildad
hizo ser a mi virtud
pena y vicisitud
y hundido en este pozo
no existe paz ni reposo.
Gritos son
por dolor y por tortura
los que aquí siempre se escuchan
llantos son
sin duelo ni esperanza
los que por aquí siempre se labran
es la muerte quien corroe
el coraje a temblores
y te va drenando el alma
con paciencia, maña y saña.
Hace más de mil milenios
que ya no puedo si quiera
asomarme de este infierno
y ver qué pasa allá afuera.
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