sábado, octubre 03, 2020

Sícongusto -- Poema


Los oigo jugar,
hablar entre ellos
sus construcciones
de rastis y gramaticales
son pura inocencia 
y de una sapiencia 
tan pura y natural
que escucharlos me llena.

Como padres a veces pasa
que también se desean
esos frutos jugosos 
que en las esquinas esperan,
pero un "te quiero" de ellos
me vale un millón de cualquier te amo;
un "qué lindo, papi"
me vale más que un millón de me gusta.
porque para mí escucharlos, 
olerlos, saberlos cerca
hace que me valga verga
cualquiera de las mierdas que hay allá afuera.

Y sé, 
que en tu casa, en tu cuevita,
que en tu mansión, que en donde vivas
a vos te está pasando lo mismo
que no imaginás un lugar sin tus hijos
que a pesar que haya veces 
que te sacan canas verdes
la sola idea de perderlos
genera en el alma un profundo abismo;
y el simple hecho de tenerlos
cerquita (y rompiendo),
es el más dulce paraíso
aunque lleno de frutos prohibidos.

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