sábado, septiembre 18, 2021

El abuelo que nunca aprendió -- Poema

Te quedaste silente 
expectante 
duro y frío como el tirante 
que sostiene el techo de toda una casa 
y llevabas 
un mil lágrimas en los ojos 
pero no llorabas
te mantenías 
en esa fortaleza ridícula 
del que lloran solo los maricas.

Y no explotabas, 
nunca explotabas,
pero te morías de a poco
y lo ignorabas. 

Infeliz,
habías nacido en el tiempo equivocado,
en donde ser marica era algo malo 
y llorar no era cosa de hombres, 
ni de humanos. 

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