He de confesarte
que cada vez que llegás de viaje
traes en las mejillas
un aroma a nostalgia
que me recuerda
el momento exacto en que partiste
y en tus labios
ese dulce sabor
que siempre me recuerda
nuestro primer beso.
Siempre lloro cuando volvés de viaje
porque es tanta la alegría que me invade
que no puedo parar todos los sentimientos
que tengo adentro y salen
salados y felices porque al fin
estás de vuelta en casa.
Hay solo una cosa más linda que vuelvas
es que nunca más te vayas sin mi
y me quede y me dejes
solo
esperando a que regreses.
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