Me postro
ante tus dos pies
tus hermosos pies
que me amarran
a este piso enorme
vasto, casi infinito
y me muestras
desde la tierra
el hermoso cielo
que se despliega
sobre mi cabeza
e inclinado
ante toda tu belleza
me besas
y tan pronto tus labios
frescos como la primavera
tocan los míos
abro mis ojos
y veo el suelo
que era inmenso
como ahora,
bajo nuestros pies
se hace pequeñito
y desaparece
bajo un rabo de nube.
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