constantemente,
tan intangible y etérea como siempre
tan invisible y ausente por costumbre.
Es que estás dando vueltas,
rebelde, en todos mis sueños.
Andás por ahí
segùn te recuerdo e imagino
distante e imperfecta
con tus profundas grietas
e irreparables fisuras,
con tus perpetuas tristezas,
con tus sonrisas compasivas
y amarguras complacientes.
Estás ahí todavías con tus no,
tus inmaduros adioses
y tus perpetuos olvidos
de quién sos, de quién soy,
que la muerte existe.
Tal vez sea por esto que te sueño,
egoísta por sincera;
por entero, imperfecta;
sieno tu imperfección,
para mí,
la más maravillosa magia.
Sí,
te sueño dedicada,
tiránica
humana,
tan humana,
que te sueño
y no puedo
nunca más dejar de amarte.
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