lunes, febrero 26, 2024

Yo quiero grande a mi país, a mi provincia, a mi ciudad.

Son todos unos hijos de puta malparidos
los que tienen y tuvieron el honor de administrar nuestras riquezas
pero nos robaron mientras dirigían la batuta
de paso malobraron mientras sonaba la más maravillosa música;
malograron gerenciando la carencia,
y hoy quieren seguir robando la confianza, 
la fe, la disciplina, el estudio, el trabajo,
los dejamos e hicieron que la verdad pierda valor 
y que hoy no sepamos de qué se trata, si quiera,
la estrella que brilla en nuestra bandera.

Ya no hay bandos, argentinos,
misma mierda misma olor, todo es lo mismo,
estamos todos manoseados en el mismo lodo
y sin destino posible más que soluciones tristes
que nadie quiere y a unos pocos les conviene.

Y esos pocos son los hijos de puta,
los que mataron a los que pensaban diferente
los que encarcelaron a los que creían diferente
los que se sacrificaron para que fuera diferente
los que la siguen a ultranza contra el que ve lo diferente
los que paran porque sienten diferente
los que por dinero bailan o dejan de bailar porque la música es diferente
los que ya no creemos en nada
y por cansancio nos han quitado la esperanza
somos también unos hijos de puta.

Montones de pibes sin escuela
montones de platos sin comida
montones de familias sin casa
montones de deudas 
argentinos somos sin hogar.

No importa en qué vereda estés parado
estamos haciendo mierda todo
y ha quedado demostrado
que ni a nuestro hermano le importamos.
Hemos transformado a nuestro pueblo grande
en una manga de granujas miserables
en donde vale más el atorrante
que aquel que pelea contra el hambre.

Vaáyanse a cagar, 
en hilera
y por favor no vuelvan. 


jueves, febrero 22, 2024

Duo gladii bellatoris Domini

Cuando creí que el bosque no podía estar más oscuro,
el sol asomó por el horizonte a todas las sombras 
de verdes arbustos plagados con dulces frutos
de árboles imponentes, trémolos, iracundos,
de hojas muertas que al bosque anegan.
Ante tanta magnificencia y gloria
mis temores se hicieron dueños 
de mi hoy, de mi ayer, de mí 
y siendo pleno mediodía 
caí en mis rodillas 
y abandoné
y abdiqué
y perdí.  

Sé lo que es rogar.
He sentido a la miseria
crecer y apoderarse de mí,
tuve al vacío apretando el pecho
diezmando las alternativas plausibles
y apabullando la fe depositada en el futuro. 
Connivente, aprovechó la soledad y pateó mi alma
en aquellos rincones vulnerables, escondidos y olvidados
que, a fuerza de pasados sin nostalgias, me vi obligado a dejar atrás.
No me avergüenza decir que sentir nos agobia y nos hunde en sórididos infiernos.

Hoy entiendo a Dios conmigo
lleva la criba que elige caminos 
y va;
yo voy tras él
con la confianza ciega
que venga lo que venga
tengo la fuerza interna
para amanecer
y volver a levantarme.

miércoles, febrero 21, 2024

Grano de arena

Me resisto al olvido
a transformarme en las cenizas que piso
a dejar atrás lo que seré 
y abrazar lo que ya no es 
siendo el ser
sólo un sórdido recuerdo.

Me resisto al paso del tiempo
aunque deja mella en mi camino;
miro, aún fresca la huella en la orilla del río, 
me recuerda que ahora existo
y que no todo lo que he ganado
tarde o temprano estará perdido.

¿Serían tan verdes las praderas que hoy recuerdo?
¿Por qué el ocre marchito del bosque otoñal todavía me sabe a nostaliga?
¿Quiénes exigen mi presencia
son los mismos, que sin pausa,
me llaman y atormentan?

No pretendo que sean dulces las caricias
del sol,
de la brisa,
de la lluvia,
si el último abrazo
le pertenece a la tierra.

No me mal entiendas
soy más de aquí que del otro lado,
nada de lo que fui lo he olvidado
ni me perdí en el sin querer
de este juego sin parates
en el que coqueteo
con la vida y con la muerte.


jueves, febrero 01, 2024

Más vale bien acompañado

Uno no entiende nunca
qué tan cerca de la muerte duerme
hasta que despierta
y se encuentra
que a los pies de la cama
descansa la parca
que con ojos llenos
y una dulce sonrisa
se acicalaba mientras dormíamos.

Esta mañana su mano de hueso
se ha posado sobre mi frente delirante en fiebre
y sus dientes ososos me han besado sin labios.

No dormiré solo
en el más allá de esta noche
ni ninguna otra, supongo,
aunque las sombras y la soledad
se han apoderado del adiós
y del otro lado de la cama.