Un día que estaba flojo
ni quería respirar
volando sobre la ventana
apareció un ángel guardián.
Me preguntó una dirección
yo le dije ésta
él creyó que era mi ángel
y conmigo se quedó.
Somos dos para una mentira
que el tiempo se empeña en demostrar
como el agua talla la roca
como el sol despierta al día.
Somos dos para una mentira
que el tiempo se empeña en demostrar.
De toda mentira siempre
ha de florecer una verdad
son fértiles los corazones débiles
brotan allí las semillas
de la traición y la maldad.
Quién tiene duro el corazón,
da por seguro, que fácil
en más pedazos se le romperá.
Somos dos para una mentira
que el tiempo se empeña en demostrar
como el agua talla la roca
como el sol despierta al día.
Somos dos para una mentira
que el tiempo se empeña en demostrar.
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