jueves, mayo 17, 2007

Nieve -- Poesía

Qué linda la nieve! eso dicen todos...
pero todos no piensan en las calles congeladas
con peligrosas e invisibles capas de hielo
que invitan a la incontrolable patinada.
Ni tampoco en los con kilos y kilos de nieve amontonadas
en la puerta de la casa, que la traban y la atoran
de tal manera que uno no puede ni salir
sin sacarla a fuerza de paladas o toneladas de sal.
Nadie piensa en el encierro que la nieve causa,
en lo eremita de la montaña cuando el clima
frío y cruel nos obliga a quedarnos encerrados
al calor de las estufas o al crepitar de los leños
en el hogar encendido ahumándolo todo.
Nadie piensa en los resfríos, en el seguro
"otra vez nevando puta madre"
o en tener que abrigarse tanto para pasear
que hasta el simple acto de mear
se convierte en una odiosa odisea.
Nadie piensa en los porrazos que te das al skiar,
o al patinar como un otario en la vereda congelada,
nadie piensa que la nieve es lluvia congelada
ni tampoco que cada vez que nieva y hay sol
ninguna vieja se casa, ni se junta, ni nada.
Todos tienen la idea romántica de la nevada
cayendo allá afuera mientras tomás vino caliente con canela
sobre una alfombra peluda frente al romántico hogar encendido.
Todos se ven deslizándose por el suelo
con la sensación en el vientre de estar volando
y con las rodillas apelmasadas de tanto soportar.
No erijo un manifiesto de protesta contra la nieve
lo que si, y en esto soy determinante,
les pido que recuerden que la nieve es como todo
una vez de vez en cuando es divertida
pero que nieve todos los días
te puede cagar la vida.

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