Desde donde estoy
nada es claro
solamente reconozco
la palma de mi mano,
que se aprieta
al cerrarse
ahondando en cada surco
un poco de tiempo
un poco de historia.
Lo que veo
con mis ojos lo proceso
y entiendo
que no ha de ser más
que un mero punto de vista
lo que veo
más allá de mis ojos
no es más que una interpretación
de mis deseos más profundos.
Donde estoy
nada es claro
ha dejado la vida su paso
y la huella
impresa perfecta
sobre lo que detrás ha quedado
me recuerda que mis pies
estarán con la tierra
conectados para siempre.
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