Hoy
me dedico a mi tristeza
a tratarla buenamente
a tenerla entre los brazos
y acunarla hasta que duerma.
Hoy
le dedico a mi tristeza
mi tiempo, mi compañía,
mi comprensión, mi contención,
y una constelación de palabras de apoyo.
Hoy
te dedico mi tristeza
porque es buena, mansa y pura
porque no tiene mala leche
y a vos también te necesita.
¡Hoy
es tu día tristeza!
Lo que si te pido,
es que mañana...
no rompas las pelotas.
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