He dejado de existir
cuando decidí
que mi vida
ya no me pertenecía.
Cuando caí en cuenta
que en mi no había respuestas
y que el destino y los sucesos
no dependían por completo
de lo que hubiera yo o no hecho.
Cuando desperté y vi
que mis percepciones eran finitas
supe entonces, y no hubo lugar a dudas,
que esta gran farsa, no es más que un juego
de luces, sonidos, texturas,
aromas, sospechas y sabores.
Me convertí en esto
que de mi no depende,
soy
una especie en constante evolución,
que parte del resto
que es parte del resto
que se reparte en el resto
que conforma, confirma y rodea.
Deje de existir
pues ahora, soy.
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