La persistencia de la memoria (1931) - Salvador Dalí |
te reconocí por el olfato.
Hay, en un lugar de mi,
un no sé qué con los olores.
Me acerqué como años A...
pero siendo yo quien soy ahora,
tu aroma me acechaba
en un rincón mohoso de mi memoria.
Me viste acercarme olfateando el aire,
sabías que iba a buscarte,
el arte de la memoria
es recordar como le da la gana,
Yo me acordaba de tu aroma,
vos de mi peculiar forma
de recordar lo que atrás
en el pasado había dejado.
El café con leche y la abuela,
la nafta y la esquina de casa,
la garrapiñada y la plaza,
la alegría del sudor del recreo.
El menester de tu memoria
era el rencor de lo que fue
por lo que todo tiempo pasado
en tu cabeza era peor.
Tendí mi mano,
me diste la espalda
y tu culo redondo
me dijo adiós y hasta siempre.
No recuerdo el por qué del rencor
de mis tiempos incendiados en tus manos
de los horizontes inalcanzables pero presentes,
de los árboles, anque persistentes, sin hojas ni flores.
Recuerdo el aroma de tu no despedida,
el mismo que ahora me llega sin tu adiós,
una puerta cerrada de un golpe
que dejó todo sin los olores de afuera
y un fuerte aroma a sal proveniente
de unas lágrimas vertidas por un roto corazón.
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