De qué me ha servido
atravesar el báratro
y oír el latido
del corazón bárbaro
del cerbero que cela
una puerta entreabierta.
Cuánto le han valido
los óbolos al vástago
que casi todo ha perdido
escaso le queda su barco
consumido en carencias
por las almas necias.
Cómo andarán de perdidos
mis pasos sin sombra
que al haber salido
el cuerpo no escombra
y el alma que es necia
ante las luces se ciega.
Vale de algo haber vivido
cuando aquello que tocas
se vuelve descolorido
y eso que con ansias evocas
en el sino se aleja
y no queda siquiera una moraleja.
De nada sirvió
ir detrás de Orfeo
ni Heracles sintió
tan vil el trofeo.
Aunque Psique pudiera
y Eurídice al regresar muriera.
No vale el riesgo
pues no hay destino
si te das los momentos
verás que no hay caminos
más que el que vas marcando
acorde vayas caminando.
atravesar el báratro
y oír el latido
del corazón bárbaro
del cerbero que cela
una puerta entreabierta.
Cuánto le han valido
los óbolos al vástago
que casi todo ha perdido
escaso le queda su barco
consumido en carencias
por las almas necias.
Cómo andarán de perdidos
mis pasos sin sombra
que al haber salido
el cuerpo no escombra
y el alma que es necia
ante las luces se ciega.
Vale de algo haber vivido
cuando aquello que tocas
se vuelve descolorido
y eso que con ansias evocas
en el sino se aleja
y no queda siquiera una moraleja.
De nada sirvió
ir detrás de Orfeo
ni Heracles sintió
tan vil el trofeo.
Aunque Psique pudiera
y Eurídice al regresar muriera.
No vale el riesgo
pues no hay destino
si te das los momentos
verás que no hay caminos
más que el que vas marcando
acorde vayas caminando.
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