En la desolación impúdica,
el desierto se viste de páramo,
aquí la parca no da falsos bálsamos
que construyan esperanzas o ánimos.
Caes como un vándalo
de rodillas ante el crepúsculo,
que sin pena ni brújula
vuelve a tu andar póstumo.
Se oye el rodar de una lágrima
entre las mil olas del océano
que se desparraman sin acústica
en un furioso y sanguinario éxtasis.
Te desprendes del cuerpo físico
que supo ser atlético
y hoy yace sin músculos,
vacío, desgreñado, hético.
Lo hermoso del alma herética
es que del cielo está ávida
mas el cruel báratro
la muestra necia y patética.
Lo que te deben, cóbralo,
lo que no tienes, búscalo,
lo que no quieras, déjalo,
lo que deseas, lógralo.
No dejes tu vida en un sarcófago
cuando llegue el tiempo del óbito
no dejes tu alma en manos sádicas
que ensucien de tu historia, las páginas.
lo que no tienes, búscalo,
lo que no quieras, déjalo,
lo que deseas, lógralo.
No dejes tu vida en un sarcófago
cuando llegue el tiempo del óbito
no dejes tu alma en manos sádicas
que ensucien de tu historia, las páginas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario