En mis tiempos
bastaba tan solo con un gracias
para transformar en corazón
cualquier piedra.
Por eso la gente de corazón
sonreía cuando las daba
y las piedras que se transformaban
sonreían cuando se las daban
Usted bien sabe lo que dicen:
"...cuando la vida se desnuda
es imposible detener una sonrisa..."
Entonces, en ese entonces,
daba gusto hacer por el otro
lo que el otro no podía hacer por sí mismo.
Hubo piedras que jamás se corazonearon
pues creyeron que la verdad de papel
que envuelve fácilmente a la piedra
era la única verdad valedera
y se encargaron de aplastar a las gracias
como antaño aplastaron a las tijeras.
Entonces, en este entonces,
muchas piedras que se creen corazones
dan órdenes en vez de pedir favores
y critican el hacer que hacen los corazones
en vez de darles sinceras gracias.
Este entonces de papeles y de piedras
frías, sucias y desagradecidas
sigue persiguiendo a los corazones
que aún creen, que dar las gracias
es un acto de amor y valentía.
bastaba tan solo con un gracias
para transformar en corazón
cualquier piedra.
Por eso la gente de corazón
sonreía cuando las daba
y las piedras que se transformaban
sonreían cuando se las daban
Usted bien sabe lo que dicen:
"...cuando la vida se desnuda
es imposible detener una sonrisa..."
Entonces, en ese entonces,
daba gusto hacer por el otro
lo que el otro no podía hacer por sí mismo.
Hubo piedras que jamás se corazonearon
pues creyeron que la verdad de papel
que envuelve fácilmente a la piedra
era la única verdad valedera
y se encargaron de aplastar a las gracias
como antaño aplastaron a las tijeras.
Entonces, en este entonces,
muchas piedras que se creen corazones
dan órdenes en vez de pedir favores
y critican el hacer que hacen los corazones
en vez de darles sinceras gracias.
Este entonces de papeles y de piedras
frías, sucias y desagradecidas
sigue persiguiendo a los corazones
que aún creen, que dar las gracias
es un acto de amor y valentía.
2 comentarios:
Añoro los corazones en algunas personas que los convirtieron en piedras con el tiempo. La desconfianza no nos hace prudentes, sino que nos deshumaniza. Un poema precioso.
He acampado mi espíritu detrás
de estos árboles, firme y puesto a salvo;
la belleza, que apunta al corazón,
quiebra en un árbol su saeta inútil,
y el mundo aquí ya es incapaz de herirme,
pues sus flechas no pueden alcanzarme.
Pero yo, desde mi lugar seguro,
hostigo a sus jinetes todo el día.
Los cuerpos deberían medir el lugar que ocupan Poeta ...
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