-Hijo... lo que importa es que seas buena persona.
-¿Y cómo soy buena persona papá?
-Haciendo el bien.
´-¿El bien para quién?
-¿Cómo para quién? Para la mayoría.- se hizo un largo silencio entre los dos.
-¿Y qué es el bien? - preguntó el hijo al rato.
-El bien es aquello que carece de maldad.
-¿La gente carece de maldad?
-A veces...
-¿Qué veces?
-Las veces que actúa por amor.
-¿Se muere por amor?
-Sí.
-¿Morir es bueno?
-Es parte de la vida.
-¿Y matar es parte de la vida?
-Sí.
-¿Matar es bueno?- cuestionó tras una pausa.
-No, privar a alguien de cualquiera de sus derechos no es bueno.
-¿Entonces el señor que mató a su hijo por amor hizo el bien y es buena persona? - el padre se quedó mirando al hijo.
-Eso es distinto.
-¿Por qué?
-Porque él no mató a su hijo, el hijo murió para salvarnos a todos que somos la mayoría.
-Y ese otro señor que mató un montón de personas porque decía que era mejor para su raza ¿Era bueno?
-No, ese no era bueno, ese era malo.
-¿Pero una raza no es mayoría?
-Sí, pero los fines de ese hombre eran egoístas.
-¿Entonces si matás con fines egoístas es malo, pero dejarse morir con fines no egoístas es bueno?
-No, matar nunca es bueno.
-Entonces matar está mal y es de mala persona.
-Es que es difícil decir cuando una persona es mala, o es buena...
-¿Por qué?
-Porque depende de muchos factores...
-¿Y esos factores quién los decide?
-Cada uno.
-¿Cada uno?
-Sí, cada uno.
-Y si muchos uno deciden que el que mató a su hijo, es malo; y que el que mató a muchos es bueno, entonces, el que dicen que es malo realmente... ¿Sería el bueno?
-No. Uno no mató a su hijo, el hijo se murió, se sacrificó por la mayoría.
-¿Entonces matarse a uno mismo, sí está bien?
-Tampoco, matar nunca es bueno.
-¿Y dejarse morir sí?
-No, tampoco.
-¿Por qué?
Quedaron mirándose silenciosos.
-Hay cosas que están mal y se sienten en las tripas.
-¿Todos tenemos tripas?
-Algunos pareciera que no, pero sí, claro... todos tenemos tripas.
-¿Y a todos las tripas nos duelen por lo mismo?
-No, claro que no.
-¿Entonces cómo hago para saber si mis tripas duelen porque veo maldad o porque siento egoísmo?
-Es fácil, si un hombre mata un perro... ¿Te molesta?
- Sí...- se quedó mirando el vacío.
-Porque matar es malo...
-¿Y qué si el perro estaba enfermo y podía traer una enfermedad que nos mate a todos?
-Matar sería igual de malo, pero se haría con un fin de mejoría para la mayoría...
-Entonces no solo depende de quién mate y a quién mate, sino que también depende de los motivos, de las causas y las posibles consecuencias de sus actos, y de los míos, para determinar si soy un héroe o un asesino.
-Digamos que sí...
-¿Y quién juzga qué soy?
-La sociedad, las reglas, los cercanos, vos. Todos.
-¿Todos?
-Sí, todos...
-¿Y podemos todos estar de acuerdo en quién soy, en qué soy?
-La verdad que no sé, suena como una utopía, apenas llegamos a un consenso de lo que es la felicidad, o la libertad y son estados que todos buscamos; sin embargo, te tendría que decir que no... que cada quien va a juzgar con su propia vara, desde sus propias tripas, siguiendo sus propias creencias, enseñanzas y haceres.
-Entonces lo que es bueno para uno, es malo para otro, y puede que a otros si quiera les importe.
-A grandes rasgos sí, la diferencia está en las pequeñas cosas.
-¿Y a esas pequeñas cosas cómo las distinguimos?
-Fácil, es cuestión de criterio...
-¿Qué criterio?
-El criterio que se aplica a todo, el sentido común.
-Ah...- se quedó varado pensando...- ¿Qué es el sentido común?
-Es un sentir común a la mayoría...
-Entonces sí, si la mayoría de unos sienten que el que mató a su hijo es malo, y que el que mató a muchos es bueno; entonces quién fue malo sería realmente el bueno y para hacer el bien deberíamos seguir ese ejemplo...- El padre se quedó varado pensando.
-No.- suspiró confundido.
-¿Qué importa entonces... ser buena persona o que te juzguen de buena persona? Si sos y no te consideran como tal ¿No lo sos? Si no lo sos, pero igualmente así te consideran, entonces... ¿Sos? ¿Qué hay que hacer para ser buena persona papá?
-La verdad hijo que no lo sé... Vos tratá de dar lo mejor y ponele el pecho a la vida, hacé lo mejor que creas y sé auténtico con vos mismo... Sé que es confuso, de hecho, no tengo idea qué enseñanza te quise dar, sin embargo, cuando mi papá me dijo todo esto a mí, pensé que lo había entendido a la perfección, pero realmente (ahora me doy cuenta), que en aquella época, a tu edad, yo solo quería mirar el mundo a través de sus anteojos, y metido en sus zapatos.
-¿Y cómo soy buena persona papá?
-Haciendo el bien.
´-¿El bien para quién?
-¿Cómo para quién? Para la mayoría.- se hizo un largo silencio entre los dos.
-¿Y qué es el bien? - preguntó el hijo al rato.
-El bien es aquello que carece de maldad.
-¿La gente carece de maldad?
-A veces...
-¿Qué veces?
-Las veces que actúa por amor.
-¿Se muere por amor?
-Sí.
-¿Morir es bueno?
-Es parte de la vida.
-¿Y matar es parte de la vida?
-Sí.
-¿Matar es bueno?- cuestionó tras una pausa.
-No, privar a alguien de cualquiera de sus derechos no es bueno.
-¿Entonces el señor que mató a su hijo por amor hizo el bien y es buena persona? - el padre se quedó mirando al hijo.
-Eso es distinto.
-¿Por qué?
-Porque él no mató a su hijo, el hijo murió para salvarnos a todos que somos la mayoría.
-Y ese otro señor que mató un montón de personas porque decía que era mejor para su raza ¿Era bueno?
-No, ese no era bueno, ese era malo.
-¿Pero una raza no es mayoría?
-Sí, pero los fines de ese hombre eran egoístas.
-¿Entonces si matás con fines egoístas es malo, pero dejarse morir con fines no egoístas es bueno?
-No, matar nunca es bueno.
-Entonces matar está mal y es de mala persona.
-Es que es difícil decir cuando una persona es mala, o es buena...
-¿Por qué?
-Porque depende de muchos factores...
-¿Y esos factores quién los decide?
-Cada uno.
-¿Cada uno?
-Sí, cada uno.
-Y si muchos uno deciden que el que mató a su hijo, es malo; y que el que mató a muchos es bueno, entonces, el que dicen que es malo realmente... ¿Sería el bueno?
-No. Uno no mató a su hijo, el hijo se murió, se sacrificó por la mayoría.
-¿Entonces matarse a uno mismo, sí está bien?
-Tampoco, matar nunca es bueno.
-¿Y dejarse morir sí?
-No, tampoco.
-¿Por qué?
Quedaron mirándose silenciosos.
-Hay cosas que están mal y se sienten en las tripas.
-¿Todos tenemos tripas?
-Algunos pareciera que no, pero sí, claro... todos tenemos tripas.
-¿Y a todos las tripas nos duelen por lo mismo?
-No, claro que no.
-¿Entonces cómo hago para saber si mis tripas duelen porque veo maldad o porque siento egoísmo?
-Es fácil, si un hombre mata un perro... ¿Te molesta?
- Sí...- se quedó mirando el vacío.
-Porque matar es malo...
-¿Y qué si el perro estaba enfermo y podía traer una enfermedad que nos mate a todos?
-Matar sería igual de malo, pero se haría con un fin de mejoría para la mayoría...
-Entonces no solo depende de quién mate y a quién mate, sino que también depende de los motivos, de las causas y las posibles consecuencias de sus actos, y de los míos, para determinar si soy un héroe o un asesino.
-Digamos que sí...
-¿Y quién juzga qué soy?
-La sociedad, las reglas, los cercanos, vos. Todos.
-¿Todos?
-Sí, todos...
-¿Y podemos todos estar de acuerdo en quién soy, en qué soy?
-La verdad que no sé, suena como una utopía, apenas llegamos a un consenso de lo que es la felicidad, o la libertad y son estados que todos buscamos; sin embargo, te tendría que decir que no... que cada quien va a juzgar con su propia vara, desde sus propias tripas, siguiendo sus propias creencias, enseñanzas y haceres.
-Entonces lo que es bueno para uno, es malo para otro, y puede que a otros si quiera les importe.
-A grandes rasgos sí, la diferencia está en las pequeñas cosas.
-¿Y a esas pequeñas cosas cómo las distinguimos?
-Fácil, es cuestión de criterio...
-¿Qué criterio?
-El criterio que se aplica a todo, el sentido común.
-Ah...- se quedó varado pensando...- ¿Qué es el sentido común?
-Es un sentir común a la mayoría...
-Entonces sí, si la mayoría de unos sienten que el que mató a su hijo es malo, y que el que mató a muchos es bueno; entonces quién fue malo sería realmente el bueno y para hacer el bien deberíamos seguir ese ejemplo...- El padre se quedó varado pensando.
-No.- suspiró confundido.
-¿Qué importa entonces... ser buena persona o que te juzguen de buena persona? Si sos y no te consideran como tal ¿No lo sos? Si no lo sos, pero igualmente así te consideran, entonces... ¿Sos? ¿Qué hay que hacer para ser buena persona papá?
-La verdad hijo que no lo sé... Vos tratá de dar lo mejor y ponele el pecho a la vida, hacé lo mejor que creas y sé auténtico con vos mismo... Sé que es confuso, de hecho, no tengo idea qué enseñanza te quise dar, sin embargo, cuando mi papá me dijo todo esto a mí, pensé que lo había entendido a la perfección, pero realmente (ahora me doy cuenta), que en aquella época, a tu edad, yo solo quería mirar el mundo a través de sus anteojos, y metido en sus zapatos.
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