ya los siento,
proyectándose en silencios pétreos,
pretendiendo ser las sombras animadas
de los que deambulan acallados
por la muerte que azarosa
los arrastra.
Y ese frío que trasladan
que cargan en sus no espaldas
y helan a la vida en flor
y la arrinconan, la amenazan y recuerdan
que también
es ese su futuro.
La espada deja de combatir
cuando ve que la flor marchita
nunca recuperará su brillo,
el grillo deja su canción
cuando encuentra que la primavera
ha sucumbido por la estupidez del hombre.
¡Fantasmas no me aterran
mi temor es a los vivos!
1 comentario:
Estoy atrapado en lo más hondo de su tinte.
Te permití atraparme, las manos en la masa,
atraparme con mi frenesí desatado en un reloj salvaje
para mi yegua, mi paloma y mi propio cuerpo limpio.
Quizá la gente diga que tengo serpientes en mis botas
pero te digo que, por una vez, tengo los estribos,
sólo una vez, esta vez, en la copa.
Poeta ...
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