Me había secado por olvidarme,
por brindarme sin tintines,
por entregarme sin recelos,
por amarte a los gritos,
y sobre todo, sin miedos, extrañarte.
Me había aburrido de perderte,
de que te escondas en las luces
y te muestres en lo oscuro;
de navegar sin red ni ley, y al mirarte...
a la deriva el timonel, el grumete, el almirante.
No sé por qué cuernos olvidé
a esa brisa que refresca
las sombras en las tardes de verano,
y les da aún más fuerza;
no sé cómo cuernos olvidé
a esa absurda ausencia con la que se muestran
la soledad profunda y el momento sin tiempo
cuando en la noche nos consume la inconsciencia.
Soy ahora.
Heme aquí.
Hermoso y etéreo como un copo de nieve,
sobre mis pies, frente a mis ojos, entre mis manos,
bajo mis hechos; dejando detrás quien fui
para rehacerme y seguir camino, renaciendo,
como el brote que rompe la semilla y hacia la luz
se eleva.
Foto: Gisella Calabró - Instagram: gi.cala |
por entregarme sin recelos,
por amarte a los gritos,
y sobre todo, sin miedos, extrañarte.
Me había aburrido de perderte,
de que te escondas en las luces
y te muestres en lo oscuro;
de navegar sin red ni ley, y al mirarte...
a la deriva el timonel, el grumete, el almirante.
No sé por qué cuernos olvidé
a esa brisa que refresca
las sombras en las tardes de verano,
y les da aún más fuerza;
no sé cómo cuernos olvidé
a esa absurda ausencia con la que se muestran
la soledad profunda y el momento sin tiempo
cuando en la noche nos consume la inconsciencia.
Soy ahora.
Heme aquí.
Hermoso y etéreo como un copo de nieve,
sobre mis pies, frente a mis ojos, entre mis manos,
bajo mis hechos; dejando detrás quien fui
para rehacerme y seguir camino, renaciendo,
como el brote que rompe la semilla y hacia la luz
se eleva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario