jueves, septiembre 12, 2024

Conjugación de lo imperfecto

Estás presente en mis sueños,
constantemente,
tan intangible y etérea como siempre
tan invisible y ausente por costumbre.
Es que estás dando vueltas,
rebelde, en todos mis sueños.

Andás por ahí  
segùn te recuerdo e imagino
distante e imperfecta 
con tus profundas grietas
e irreparables fisuras,
con tus perpetuas tristezas,
con tus sonrisas compasivas
y amarguras complacientes.

Estás ahí todavías con tus no, 
tus inmaduros adioses
y tus perpetuos olvidos
de quién sos, de quién soy, 
que la muerte existe.

Tal vez sea por esto que te sueño,
egoísta por sincera;
por entero, imperfecta; 
sieno tu imperfección, 
para mí,
la más maravillosa magia. 

Sí,
te sueño dedicada, 
tiránica 
humana,
tan humana,
que te sueño
y no puedo
nunca más dejar de amarte. 

domingo, septiembre 08, 2024

Ventanas en el laberinto

Y te asomás por la ventana 
y dependiendo donde vivas 
es el paisaje que ves
abriéndose frente a tus ojos. 
Puede ser una ciudad, 
el mar, un pueblo, la llanura,
un desierto de arena, de hielo
de pasiones, un bosque de silencio
un río de ilusiones
corriendo al margen
de una montaña de mentiras.

Pueden danzar frente a ti 
las palomas, las cotorra 
algún gato y tus perros
jugando con cualquier otra mascota
que pasea en tu jardín.

Sí,
dependiendo el dónde vivo 
es lo que existe frente a mí.

¿Pero es el lugar dónde vivo lo que percibo 
o dependiendo de quién sos 
es cómo y qué percibís de lo que es?

He hallado un infierno en el paraíso
y lo he sufrido
y he llorado
y postrado en el dolor de mis rodillas 
sonreí
comprendiendo que a todo laberinto
le cabe una salida. 

domingo, septiembre 01, 2024

Codo sin salida

Ya no quiero,
ya no puedo,
el tiempo y la vida me abruman
me asfixian 
me ahogan.

He dejado de reconocer mi propio rostro
en el espejo 
donde me veo
y pongo en duda
toda mi existencia.

He quedado detrás de mis deseos
y la única pulsión que existe 
susurra en mis oídos
ideas sordas que me obligan a callar 
y desconfiar
de mi probpia sombra. 

Duele, 
vivir sintiendo
que hemos perdido la posibilidad 
de reiniciar y empezar de nuevo.