Yo te buscaba,
necio de mi,
entre las frutillas más rojas del jardín
y entre sus colores
ninguna brillaba con tus dones,
y entre sus aromas
ninguna se destacaba en lo delicada,
y entre sus sabores,
ninguna se destacaba entre todas
como solo tu sabés hacerlo.
Y necio, insistí
entre estos y otros frutos,
pues del fruto mana la semilla
que más tarde dará el árbol,
que más tarde dará fruto.
Necio de mi al no encontrarte
pues te quise creer distraída
con ínfulas de onerosa,
o temerosa, de que yo...
algún día por fin te encuentre.
Necio de mi,
por no darme cuenta
que mientras me iba puteando bajito
sin sabor para mis besos
sin aroma en mi sendero
sin color a donde veo,
todas las flores que
quedaban detrás de mis pasos
se entristecían al verme ir.
Cómo no estar tristes
si hace rato ellas sabían
que vos desde siempre fuiste mía,
y que yo no sería yo,
si no fuera por tu cercanía.
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