mujer de alas rotas
a vos que te enjaularon
a una pena de por vida
que te arrebataron la sonrisa
y que aún así seguís sonriendo
que seguís poniendo el hombro
y encontrándole el sentido
a este díscolo camino
sin piernas, cuerpo, ni cabeza.
Vos, que no te rendís,
y mantenés con templanza la entereza
aún cuando a cuanto te rodea
más de una vez
mandarías a la mierda
Vos que intentás volar curando heridas
que te corroen desde adentro
que oxidan la luz en tu mirar
que busca aceptar y encontrar
esa felicidad perdida
que culposos y cagones
te impusieron sin justicia
quitándole su magia al arcoiris.
Mujer, vos bien sabés,
que jamás podrá ganarte el olvido
tu carne recuerda lo sufrido
y en tus huesos, Martina,
la llevás escrita a fuego.
El amor deja huellas indelebles
que ni el pasar del tiempo borran
que a la muerte la superan
y en el alma siempre quedan.
Ojalá que cada noche,
entre nubes, lunas y estrellas
te cueles un rato en el cielo
y aunque en sueños sea,
juegues con ella
a los juegos que quieran.
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