tu piel parece dormida
yace en un lecho de lirios
que verdes aún no maduran.
Tu muerte prematura
llenó de amargura y llanto
a quien te cubriera con su manto
de amor, cuidado y templanza.
Se abrieron puertas y ventanas
la luz del sol y la luna
mostraron la nueva senda
que con premura se abría
y la bendijeron con luces y sombras.
Detrás queda el horror del dolor,
de la manipulación, la negación y la mentira
ya libre, pero con el alma herida,
puedo vislumbrar otro horizonte.
El aire me llena los pulmones
el miedo vibra en fibras y tendones
el miedo vibra en fibras y tendones
los músculos se tensan y la adrenalina fluye.
¡Esta es la vida! Así lo recuerdo...
Fluir no es que todo salga como queremos,
fluir es aceptar con amor, alegría y paciencia
todo aquello que se pone en nuestra senda
aceptarlo tal cual es, abrazarlo y elegir
si lo dejamos, o hasta cuando lo llevamos.
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