Durante este mes vamos a compartir las 31 entradas que más han gustado al escritor de este blog, por lo que en los 31 días que siguen vamos a rememorar los escritos escondidos en el pasado, que de cuando en vez se asoman a saludar desde la ventana que el presente ofrece para que uno pueda mirar atrás y no olvidar que la base del futuro es este presente que hacemos en base al pasado que forjamos a su tiempo. Iremos de a poco, sin orden de preferencia, uno a uno por treinta y un días dejando en el tintero algunos de los que han quedado para en cualquier momento, sin vergüenza, reaparecer.
Con ustedes el cuento intitulado Paren el mundo, sin libro. Subida al Blog el 17 de Julio del año 2006.
Paren el mundo
No creo que si, hoy es un día no
no creo que al salir el sol escondido este sonriendo
no creo que las nubes que lo esconden sean
compañeras adolescentes que lo acampanan en sus travesuras
no creo que haya árboles despiertos y que el día
por más gris que parezca no deje sus tintes negros llenos de sombras y fantasmas.
Hoy no, es una lástima, pero la humedad pesa en los párpados
y los recuedos que tocaban el timbre, de impacientes no más,
echaron la puerta abajo y se sentaron en la sala de casa a mirar la tele
y apoyaron los pies sobre la ratona y los vasos que usaron fue sin posa vasos,
por lo que la marca que dejaron durarán años o se borrarán con la próxima lijada.
Hoy no, hoy el tic tac suena en la espalda y se escucha al viento ulular
no hace frío y en cambio hace un absurdo calor, volvimos loco loco al mundo
y entre tanta locura nos quedamos y estamos solos.
Andá a saber cuantas manzanas brillan rojas en los árboles,
cuántos suspiros se escaparon en los puentes que miran a la luna,
cuántas monedas fueron canjeadas por sueños en algún charco de agua.
Hoy no, no me pidas una sonrisa, puedo dártela, pero sería flácida y engañosa
y si hay algo que me gusta de vos y de mi, es que a pesar de las máscaras y disfraces
podemos andar desnudos por la vida, con la sonrisa en la izquierda y la lágrima en la diestra
dándonos cuando podemos, un poco de compañía en estos tiempos donde a veces pareciera
que una vez que empezó a girar la ruleta, cualquier bala es la que revienta.