En el bosque
lo que se oye,
es la música
(más bien rústica),
que la naturaleza
(en toda su pureza),
nos intenta mostrar.
Es el hombre,
el que desoye
aquella música
(sin acústica)
que la naturaleza
(libre de pereza),
para salvarse, hace sonar.
Suena la música rústica
con toda la pureza
de un bosque sin acústica
y libre de pereza.
¡Oye, hombre! Pues será tu suerte,
que no te pille la muerte,
mirando hacia otro lado.
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