No puedo olerte,
ni sentirte
cuando te acercas
reptando entre hojas secas
no puedo creer
tu silencioso dominio,
tu asedio constante,
tu malicia y ponzoña.
No me gustas,
te temo por desconocerte
pues al mudar tu piel
eres otra de la noche a la mañana.
Sin embargo,
miro entre las hojas del otoño
y pergeño mi lucha o mi huida
en caso que te aparezcas..
Es mi deber combartirte,
está en mis ansias, en mis deseos,
sé que al llegar el día,
tendré que actuar, o sucumbir.
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